Grave comercio sexual de niños en el puerto
Se compara con Bangkok, afirma una organización Internacional
Los adolescentes cubren sus partes pudendas apenas con un taparrabo. Sus edades fluctúan entre los 14 y 17 años de edad y sus precios entre los 200 y mil pesos. Cargan charolas con bebidas y están para servir y dar placer, al final de "la fiesta" podrán contar con el dinero que les otorgue "la generosidad" del atendido.
Estos menores son apenas unos cuantos de los entre mil niños que son utilizados como objetos sexuales. Actividades que pueden llegar a realizar entre las piedras de la playa Condesa, algún cuarto de hotel, o como en esa fiesta que se realizan en casas alquiladas en zonas muy exclusivas de Acapulco.
Los invitados a "la fiesta" ya seleccionan, valorando con la vista, a quién llamarán para pasar un rato, el costo dependerá de su generosidad, porque ya pagaron antes al anfitrión. La mayoría son extranjeros y sólo los organizadores son nacionales.
La imagen corresponde a un encuentro de los que se organizan en exclusivas zonas a donde acuden los extranjeros que practican el turismo sexual con niños, la cual fue contada por uno de los adolescentes al sexólogo Oscar Martínez Jaimez, quien ha trabajado con niños que han sido explotados sexualmente.
Acapulco, Bangkok de Latinoamérica
México es considerado como destino para el turismo sexual. De 1998 al 2000, entre 16 mil y 20 mil niñas y niños menores de 18 años fueron explotados sexualmente, y el problema se centra en Acapulco, Tijuana y Cancún, señala el Global Monitoreo, un informe presentado el 28 de febrero pasado por la Red de Organizaciones trabajando para la Eliminación de la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (ECPAT, por sus siglas en inglés).
Acapulco ha sido denominado en el Monitoreo Global como el "Bangkok de Latinoamérica" por la gravedad del problema, donde "turistas y personas de influencia" acuden para el abuso sexual de menores de edad. A tres meses de ser presentado ese informe se detecta, por casualidad, al francés Pablo Armand Paul, de 82 años, y se mantiene en vigilancia señalado por diez menores de abuso sexual y producir material pornográfico infantil.
- ¿Por qué se dice que Acapulco es el Bangkok de América Latina?, se le pregunta al sexólogo Martínez Jaimez, y su respuesta es rápida y precisa:
- Porque esa ciudad de Tailandia es la capital del abuso sexual infantil en Asia.
Delata intento de suicidio a pedófilo
El miércoles 30 de mayo pasado un intento de suicidio llevó a la policía al supuesto pedófilo francés. Ese día Alejandro, el jardinero, llegó por la mañana a realizar sus labores a la residencia ubicada en Vasco de Gama, número 20, en Costa Azul, y encontró a su patrón sangrando de las muñecas; presuroso acudió a la coordinación de la Policía Investigadora Ministerial de ese fraccionamiento para pedir auxilio.
Los policías llamaron a la Cruz Roja para atender al extranjero, pero había un detalle que no fue desapercibido: La presencia de varios menores en la residencia, en una casa que parece fortaleza por la seguridad que tiene, cámaras de seguridad, dos puertas. Los jóvenes explicaron su presencia ahí con las filmaciones pornográficas que realizaba el francés.
Pablo Armando Paul se encerró, apoyado por su contador Emigdio Lozada, quien impidió la entrada a los cuerpos policiacos; los jóvenes junto con otro empleado fueron llevados a declarar y la casa quedó bajo vigilancia de la Agencia Federal de Investigaciones y ministeriales para que el presunto pedófilo no se escape.
El miércoles declararon diez menores, de entre 11 y 17 años, y los señalaron de corruptos y de prostituirlos, así como de producción de material pornográfico infantil. Dijeron que el francés los filmaba mientras mantienen relaciones sexuales en una habitación especial, informó al reportero de este diario Marcos Lorenzo el fiscal para Delitos Graves Enrique Gil Mercado.
Posteriormente, por medio de correo electrónico a este diario un joven también denunció que Pablo Armand abusó de él hace unos años.
Mientras tanto, la titular del Ministerio Público adscrita a la agencia de Delitos Sexuales, Alicia Díaz González, consignará la averiguación previa y solicitará entonces la orden de aprehensión de Pablo Armand Paul. Los señalamientos se encuentran asentados en la averiguación previa TAB/AEDS/AM/116/07, la cual está siendo perfeccionada, y faltan algunos dictámenes.
"Los niños invisibles" son unos mil
Oscar Martínez Jaimez es sexólogo, ha trabajado con niños de la calle y prostituidos y ha colaborado en dos libros que hablan sobre el tema, "Infancia robada. Niñas y niños víctimas de la explotación sexual en México", y "La infancia como mercancía sexual", así como el documental fílmico "Souvenirs kids", realizado luego de la detención en el 2003 de nueve norteamericanos, tres canadienses y cinco mexicanos en el Operativo Piltzin (Niño Querido).
De esos detenidos algunos fueron liberados, otros se suicidaron y otros más se encuentran todavía encerrados, según se narra en la película realizada por Diego Briceño-Orduz, en la que también da seguimiento a unos menores que fueron abusados sexualmente.
Para Martínez Jaimez los niños que son explotados tanto sexualmente como para ser partícipes en películas pornográficas serán unos mil, y recuerda que el país ocupa el segundo lugar a nivel mundial en la producción de material pornográfico con infantes.
"Esto se debe -explica el entrevistado- a la permisividad de las autoridades y a la falta de denuncia de la ciudadanía", indicó que por ello se designa el termino de niños invisibles porque a pesar de que están ahí y la gente los ve en casas y en grupos numerosos no les causan ninguna preocupación.
Añadió que él se dio cuenta del problema en 1997, cuando detectó que niños de la calle se desaparecían por semanas y posteriormente los volvía a ver y le decían que salían de vacaciones con personas mayores de origen extranjero y ahí tenían contactos sexuales.
El exsubdirector operativo del DIF municipal dijo que el dinero que obtienen los niños por contactos depende del tipo de contacto sexual y las circunstancias en que los tengan. Los pedófilos les compran ropa, los llevan a pasear y a comer y les dan entre 50 y 200 pesos, mientras que si asisten a una "fiesta" o los filman pueden obtener desde 200 a mil pesos.
Añadió que quienes hacen abuso de los niños algunos presentan patología de pedófilos, pero hay otros que lo hacen por moda y demostrar poder económico. Indicó que hay una derrama económica importante, por ello no se descubren las casas clandestinas usadas para esos fines, "aunque mucha gente las conoce".
Sostuvo que en Acapulco se practican las cuatro tendencias de ilícitos contra infantes, como es el turismo sexual, la prostitución y el tráfico de menores, "pero el DIF estatal reconoce que no tiene ningún programa para atender esta situación, ni campañas de sensibilización a la ciudadanía para que denuncie ni para atender a quienes fueron víctimas de estos delitos.
Oscar Martínez señaló que en el asunto del comercio sexual de niños la pobreza tiene mucho que ver, sin embargo tampoco lo que obtienen de dinero resuelve sus problemas. "Pueden llegar a ganar mil o dos mil pesos al día, pero se los gastan rápido. En drogas o en objetos diversos, el consumo suple la falta de afecto", dijo.
Asimismo, enfatizó que en muchos de los casos los niños han sido expulsados por el ambiente familiar en que viven, pero en otros casos hay hijos de familia que son comerciados por sus propios parientes y algunos que acuden a ese ejercicio de la prostitución por problemas de drogas, "que generalmente todos quienes han sido prostituidos se drogan para sobrellevar esa vida que llevan".
El principal problema es que los padres en muchos de los casos no captan los cambios de personalidad en sus hijos, "y eso tiene que ver con la calidad de tiempo que les dedican, y en Acapulco hay pocos espacios para la convivencia familiar".
Pedofilia, escándalos esporádicos
Aún cuando desde hace tiempo Acapulco es considerado como un foco rojo en la explotación y comercio sexual de infantes por la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, y que se han descubierto aquí desde 1996 bandas que producen material pornográfico con niñas y niños estos sólo son escándalos esporádicos.
Incluso quien es el más famoso protagonista de la elaboración de pornografía infantil, Jean Succar Kuri, vivió en Acapulco y está casado con una acapulqueña. Lydia Cacho, autora del libro "Los demonios del Edén", refiere que el primer negocio de Jean Succar en Acapulco era una fuente de sodas en un centro comercial, y la amplió a una cadena que incluyó el aeropuerto, "en esa época conoció a una niña de quince años llamada Gloria Pita Rodríguez... ella era menor de edad y él tenía cuarenta años. Vivieron juntos durante dieciséis años hasta que en 1983 contrajeron matrimonio en Acapulco", luego en 1984 se trasladó a Cancún.
En ese mismo año compró locales en miles de dólares y apostaba en Las Vegas, "él narraba que había hecho su fortuna en Acapulco, pero nunca especificaba cómo amasó ese patrimonio", la referencia la proporciona a Cacho la vendedora de bienes raíces que le vendió los locales y precisa que "no podía hacer esa cantidad de dinero vendiendo playeras corrientes para turistas y tortas en el aeropuerto".
Succar Kuri estuvo preso en Estados Unidos por pedofilia, y era el protector de Camel Nacif, a quien la llamada con el gobernador de Puebla, Mario Marín, hablando de la detención de la periodista Lydia Cacho, reveló el nivel de protección para los pederastas.
Infancia robada, el estudio
El libro "Infancia robada" es una radiografía de la explotación sexual de niños en seis ciudades del país, Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Guadalajara, Tapachula y Tijuana. En lo que se refiere a Acapulco identifica el empleo de niñas y niños en trabajos de bares, cantinas y las grabaciones.
Hay testimonios de quienes fueron abusados sexualmente, asimismo refiere la presencia de bandas delictivas que organizan encuentros en zonas exclusivas como Las Brisas, del uso de estudiantes de Bachilleratos y secundarias para las filmaciones y el trabajo en casa de citas, del dinero que ganan que es mayor que el de otros trabajadores.
También hay testimonios de cómo los policías en lugar de protegerlos los extorsionan y protegen a quienes abusan de ellos, según las historias contadas. Todas las historias refieren a niños de las calles que huyeron de sus casas, se drogan, viven en la calle y encuentran, de pronto, quien los lleve a una casa grande con alberca y les "enseñe" a como comportarse, según las entrevistas citadas en el estudio.
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