miércoles, 21 de enero de 2009

Oficio de tragedias






En esta frontera cruza todo. Hay un reino de complicidades e indolencias que hacen del underground un cauce mucho más ancho y caudaloso que el Río Hondo. El dinero del juego va y viene entre orígenes y destinos incógnitos –en cuyo túnel desaparecen, por cierto, los pobres salarios de muchos empleados chetumaleños. Familias menesterosas pasan desapercibidas cargando droga para el consumo local. Caras prostitutas internacionales viven al margen de la ley del lado mexicano y venden sus servicios sexuales en la “Zona Libre” de Belice. Pero el caso del que aquí se trata es el de las desdichadas extranjeras que andan a salto de mata por los pueblos ribereños vendiendo sexo barato y clandestino para no morirse de hambre. El caso es el de esa explotación, esa miseria, ese peligro de muerte por contagio sexual que se esparce en la modorra de la indiferencia y el consentimiento público. Ése es el caso, el underground y la degradación social.

Por Jesús Hernández

03-DIC-2006

La prostitución se desparrama por los pueblos rurales de Quintana Roo de la región limítrofe con Belice y Guatemala. El problema no es menor; es cada día más complejo y su evolución asocia la irresponsabilidad y la corrupción de todas las autoridades que tienen que ver con él.

En la Secretaría estatal de Salud revelan cifras alarmantes del descontrol del fenómeno: sólo en la Ribera del Río Hondo ejercerían el oficio unas dos mil extranjeras ilegales al margen de toda vigilancia sanitaria.

Son tan evidentes los peligros que eso entraña para la salud pública del entorno como las deficiencias de las instituciones migratorias y de seguridad.

La falta de atención sobre el hecho incrementa sus dimensiones de injusticia y de riesgo social. Son miles las inmigrantes sin papeles cuya condición de abandono y vulnerabilidad es aún más crítica que la ya de por sí precaria de las prostitutas mexicanas, quienes, en situación extrema y sin ninguna seguridad y protección de sus derechos más elementales, asumen, a menudo por hambre, el destino de la “vida fácil”.

La mayoría son centroamericanas cuyo peregrinar no es nada envidiable. Hay historias indecibles y espeluznantes; un sórdido anecdotario de abusos y tragedias sin cuento de seres humanos degradados por la exclusión, en un tiempo de éxodos globales donde la injusticia y la miseria absoluta hacen del cruce de fronteras una apuesta mortal por la sobrevivencia.

Muchas seguirán soñando el “sueño americano” y rogando a Dios que el muro del norte no se alce para que la desgracia de su vida sirva de algo. Otras ya no soñarán nada muriendo con los tres o cuatro pesos de la ganancia por trago y complaciendo a quien sea para que no las devuelva por donde vinieron al martirio olvidable de su patria de origen.

Prostitución clandestina y masiva

El caso es que ya son legión. Si la estimaciones oficiales menos rigurosas, como las de la Secretaría estatal de Salud –porque los datos del crecimiento y las cifras y proyecciones demográficas son todos inciertos, en una entidad cuya crítica dinámica poblacional, además de anárquica y vertiginosa, es la peor estudiada y atendida del país-, hablan de dos mil prostitutas indocumentadas sólo en la región rural fronteriza, entonces se trata ya de todo un segmento de la población del estado -mucho más amplio que las cifras conocidas- y de un problema múltiple de mayor escala.

Peor que eso es que nadie se ocupe del asunto y que no haya investigación institucional ni acción pública ninguna al respecto, lo cual estimula su desenvolvimiento y dispara los factores de riesgo de patologías propias del contagio sexual sin precauciones como el sida –cuya tasa se eleva sobre la anarquía migratoria y la prostitución sin orden que prolifera en ella, en la masividad urbana y en el descuido rural-, y de tendencias delictivas asociadas al mercado del sexo, como el clandestinaje del negocio del vicio, el lenocinio, el tráfico ilegal de personas y enervantes, etcétera.

Ana Laura es salvadoreña, tiene 30 años, salió de su casa a los 17 en busca de su hermana, dos años mayor, con quien se encontró en Guatemala. Ambas son casadas, tienen hijos y viven legalmente en Chetumal, a donde llegaron hace 10 años.

Llegar a Guatemala, cuenta, fue un Vía Crucis. Sólo para ser secuestrada, prostituida y vejada por un proxeneta que se había adueñado de su hermana. Escaparon de esa esclavitud, pero su condición de ignorancia y de ilegalidad las metió en la de vivir prófugas y a merced del hampa de los “giros negros” y de la perversión de los agentes de la ley. El cuero –hablan menos de la piel que del alma- se hizo duro y resistente y el oficio fue más o menos domesticado al fin. La vida del antrismo fue su vida, consumió su juventud, y para fortuna de ambas pudieron salir de él a una edad conveniente para rehacer su destino. El suyo, con aparente desenlace feliz, no es ni con mucho el de la mayoría. Es de las excepciones que confirman la regla de los finales terribles.

El negocio del sexo siempre ha sido, como el de las drogas, uno de los negocios más rentables del mundo –suelen ser de la misma familia. Y en este estado es “más notable y más negocio”, afirma un concesionario de bares legales en Chetumal, quien opera además “dos o tres” burdeles clandestinos sin más ley que la suya y “más rentables que mis cantinas [autorizadas], a las que los inspectores municipales no dejan de estar friega y friega en busca de su tajada”.

Confiesa sin vueltas que a él no le importa si las mujeres de sus antros son portadoras de alguna enfermedad. No les exige permisos de las autoridades sanitarias porque al fin y al cabo sus negocios también funcionan al margen de la ley. Pide el anonimato para él y sus negocios para evitarse problemas, y omite hablar sobre los riesgos de las enfermedades sexuales a causa de la inseguridad y la falta de control.

La tendencia creciente de dichos riesgos de salud, de dicha inseguridad y falta de control sanitario sobre el mercado del sexo, está asociada desde luego al desorbitado impulso migratorio que provoca el turismo como una actividad económica sin equilibrios sectoriales ni planeación estructural.

Claro que el problema es más sensible en las urbes turísticas del norte del estado. Pero la miseria también creciente en el entorno centroamericano empuja las oleadas de la marginación –y la prostitución lumpen que adhiere- hacia los linderos internacionales del sur de la entidad.

A lo largo de más de 100 kilómetros a la vera del Río Hondo se encuentran sexoservidoras extranjeras en cualquier tugurio de mala muerte. El dato oficial es que ejercerían en la frontera mexicana con Belice y Guatemala unas 2,000 de ellas, según el jefe de la Jurisdicción Número Uno de la Secretaría Estatal de Salud, Homero León Pérez.

La mayoría, que pudiera ser hasta el 99%, procederían de Centroamérica y en muchos casos llegarían bajo el engaño de ser contratadas para actividades diferentes a la prostitución. No es noticia la presencia de organizaciones dedicadas a la trata de blancas en la región -de lo que Estosdías ya ha dado cuenta en pasadas ediciones.

¿La acción institucional?: bien, gracias

En la XI Legislatura, mientras tanto, siguen ingresando iniciativas y aprobándose leyes para evitar la explotación sexual de las mujeres, “pero una cosa son las leyes y otra su aplicación y respeto”, aclara la diputada de Acción Nacional, Patricia Sánchez Carrillo. La fracción del PRI ha impulsado varias reformas legales en ese sentido pero no hay noticias de su despliegue en los hechos.

Homero León Pérez externa el temor de las autoridades sanitarias ante la posibilidad de que se extiendan las enfermedades venéreas y el sida. Estima que unas 2,000 mujeres ejercerían la prostitución en la franja mexicana limítrofe con Belice, pero no habla de las otras 5,000 de Chetumal ni las 10,000, 15,000 ó más de los polos turísticos del norte del estado, más las que realizan la misma práctica en la Zona Maya. La prostitución no es una actividad que pueda detenerse, pero urgen programas para que quienes la practican dispongan de mayor información y protección física, moral y legal. Sobre todo en una región como la del Caribe mexicano donde la constante es la demografía y los desequilibrios sociales asociados a las desmesuras del crecimiento -un crecimiento que no quita el sueño a los funcionarios de ningún poder público o nivel de gobierno y que contrasta de manera radical con la inercia y la ineficacia de las instituciones.

Por prejuicio o lo que sea, en Othón P. Blanco, por ejemplo, la administración municipal de Cora Amalia Castilla Madrid no se decide por la creación de una zona de tolerancia donde se pueda concentrar y regular de mejor manera una actividad que, por lo pronto, es ilegal en toda la entidad aunque tolerada –lo cual constituye una doble moral pública que en nada contribuye a resolver el problema.

La XI Legislatura está en espera de una iniciativa que elaboró el perredista Rafael Quintanar González para legalizar la prostitución en Quintana Roo. El legislador ha insistido en que no trata de que se multiplique su práctica, sino que, con mayor protección legal, quienes se dediquen a ella se sujeten a normas que se establezcan para su ejercicio. La iniciativa duerme el sueño de los justos, pues no parece que pueda activarse en el corto plazo, ya que a pocos o a ninguno de los demás legisladores les interesa promoverla.

Mientras, con sólo declaraciones, lamentaciones y reconocimiento de que no es posible controlarlas, las autoridades de la Secretaría de Salud seguirán diciendo que hay 2,000, 20,000 ó más sexoservidoras sin control sanitario, y eso, en pocas palabras, es una tragedia.

Fuente : Estosdias.com

Prostitución a la alza con la crisis


Diciembre 16, 2008 by Editor

Frente a la crisis económica la prostitución femenina e infantil podría dispararse, ya que son las propias familias quienes suelen empujar a sus hijos e hijas a realizar este tipo de prácticas para poder salir del paso, económicamente hablando; así lo afirmó Antonio O’Quinn maestro de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

“Yo creo que la crisis económica trae consigo problemas sociales como el desempleo, el aumento de la criminalidad y muy posiblemente el incremento de la prostitución. Esto como de otro tipo de alternativas, de negocios que no se registran frente a hacienda y que se vuelven opciones de sobrevivencia”, dijo el especialista. Y es que legal o no legal, la gente por elección o porque son obligados encuentran la manera de sobrellevar la crisis, aunque esto tenga un costo muy alto.
Y como era de esperarse, por los sabidos problemas de género las mujeres jóvenes son las más vulnerables y por el poco respeto a los derechos de los niños, son los infantes quienes se vuelven las presas más fáciles para que esto suceda.
Y es que según lo confirmó el especialista, son las propias familias las que orillan a sus hijos a dedicarse a este negocio. Es en Veracruz, Chiapas y Guerrero en donde estas situaciones se dan con mucha mayor frecuencia, ya que los elevados índices de marginación e ignorancia hacen que los padres acepten la oferta monetaria que promete mejorar su situación económica pero a costa de llevar a sus hijos al submundo de la prostitución.
Según O’Quinn por su desarrollo económico y su cercanía con el Distrito Federal, en el estado de México no se observa un impacto tan fuerte a este respecto “esto se da con más fuerza en lugares donde la pobreza es más lacerante”, dijo. Y más bien se sabe que la mayoría de quienes ejercen el negocio en el estado lo hacen por decisión.
Muchos de ellos, según el catedrático, suelen ser personas que han llegado de otros lugares de la república “pero también este tipo de prostitución también se observa en buena parte por gente que viene de otros estados”, es decir personas que vienen en busca de oportunidades laborales en el territorio mexiquense y encuentran más bien puertas cerradas y calles dispuestas.
Sin embargo, lo publicado respecto a la red internacional de pederastía que opera desde hace 20 años en diversas entidades de la república como Quintana Roo, Guerrero, Chihuahua y Jalisco, así como en otros países, ha revelado que un número grueso de los niños que son prostituidos en las zonas turísticas y de la frontera son mexiquenses. Es decir, chicas de 14 a 15 años o niños menores, que son engañados y conducidos a estos sitios en donde luego son obligados a prostituirse.
“Los más vulnerables en estos momentos de crisis son los niños. Es algo a lo que cada vez se le está dando mayor atención. Por lo mismo vemos que se están conociendo más casos. Sobre todo, se sabe de esto en lugares cercanos al turismo o conectados con las frontera de Estados Unidos”, dijo.
Según los reportes, el común denominador de los niños y niñas que son víctimas de las redes, es la pobreza. Pues muchos de los menores y sus padres son enganchados mediante dádivas económicas que les ayudan a solucionar sus carencias económicas. De ahí que su destino sea Ciudad Juárez, Tijuana y Cancún, en donde los bares y las calles les crean secuelas eternas: como síndromes de estrés postraumático y de Estocolmo. Y lo peor de todo, es que esta situación podría dispararse con la crisis.

Fuente : Portal Digítal.

Cerca de 18 mil sexoservidoras en Q. Roo podrían estar contagiadas

08 de Enero del 2009 | 11:52

Por: Solveig Paz Paredes/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- La falta de control de los prostíbulos disfrazados de SPAs, casas de masaje y antros clandestinos, que muchas veces son propiedad de funcionarios, impide el control sanitario de las mujeres que ejercen la prostitución en el municipio, por lo que la situación podría desembocar en un serio problema de salud.

Regulación Sanitaria sólo tiene contemplado en su padrón un universo de 20 antros de Solidaridad donde se ejerce la prostitución.

La Secretaría de Salud del Estado (Sesa), a través del Hospital Integral hace un chequeo semanal a las sexoservidoras para revisar y prevenir enfermedades venéreas, incluso alguna que sea terminal como el VIH/Sida.

Pero el nosocomio sólo tiene registro de 466 prostitutas en todo el municipio, de las cuales 71 mujeres se incorporaron a ese "oficio" de septiembre a la fecha.

Sólo una minoría respeta la regulación sanitaria


De acuerdo con datos de Sesa, hasta octubre pasado se presumía que en la entidad había cerca de 20 mil prostitutas, de las cuáles sólo 10 por ciento, equivalente a mil 899 sexo servidoras cuentan con tarjeta de salud vigente.

Se estima que hay cerca de 18 mil prostitutas en Quintana Roo de quienes no se lleva control porque laboran de manera clandestina, sobre todo en negocios disfrazados como SPAs, bares, hoteles, servicio a domicilio, casas de citas, entre otros.

El hecho de que las autoridades no tengan control sanitario de ellas, mantiene latente el riesgo de una epidemia de enfermedades de transmisión sexual e incluso proliferación del VIH/Sida, en la entidad.

En el caso concreto del municipio de Solidaridad, de manera extraoficial, se presume que existen más de mil prostitutas, de las cuales sólo 466 se preocupan por llevar a cabo su revisión médica en el Hospital Integral. Las restantes trabajan sin revisar su estado de salud, y muchas de ellas no exigen o no logran convencer al “cliente” del uso de condón para prevenir contagios.

Amplia oferta sexual

Estos casos son más comunes entre las sexo servidoras que atienden a trabajadores de la construcción y sectores populares con baja capacidad de recursos, a quienes cobran desde 100 hasta 250 pesos, en tanto que otras mujeres que "trabajan" con las clases media y media alta, cobran de 500 hasta 2 mil pesos.

Para el turismo extranjero y nacional también hay oferta sexual de acuerdo con sus posibilidades económicas y gustos.

En "Chilis Willis" se cobra de 3 mil pesos en adelante y la mayoría de las mujeres a las que se prostituye en ese lugar son extranjeras, sobre todo brasileñas y argentinas.

Para evadir a la justicia y a las autoridades migratorias, el negocio se amparó contra todas las dependencias. Así evita inspecciones permanentes.

Lo mismo sucede con el antro llamado "Marlin", donde también "manejan" prostitutas extranjeras y se cobra una cuota similar a la del "Chilis Willis".

Otros conocidos antros de menor categoría donde hay presencia de sexo servidoras son “El Cheff”, que se ubica en la colonia Luis Donaldo Colosio y es frecuentado por chiapanecos y constructores, quienes pagan cuotas de 150 a 250 pesos, éstas incluyen cuarto y colchón.

El “Tiki Tiki” es un antro disfrazado de bar familiar donde se sabe que se ejerce el viejo oficio; a éste se suman otros lugares "reconocidos en la ciudad" como "El Malibú", "La Hueva", "La Popa Cubana", "Bartolos", "Scort Palace" y "La Marimba", entre otros.

De acuerdo con información proporcionada por el coordinador de Regulación Sanitaria, Eddie Villanueva Marrufo, en el municipio Sesa sólo tiene registro de cerca de 20 antros donde se practica la prostitución.

Antros son propiedad de servidores públicos


El funcionario reconoció que no hay control de los lugares donde los prostíbulos funcionan de manera disfrazada, ya que generalmente no dan sus direcciones. La nueva modalidad para ejercer ese oficio es mediante una llamda telefónica, y así envían a un hotel o domicilio a alguna chica acorde con la solicitud del “cliente”.

Villanueva Marrufo destacó que la dependencia no realiza operativos en estos lugares sino verificaciones de carácter integral, pues revisan también que el lugar respete el reglamento sanitario en cocinas, pisos, higiene, agua potable, entre otros aspectos.

Cuando se detecta a alguna matrona sin tarjeta de salud actualizada, la remiten a Sesa. De ahí que reconozca el funcionario que no existe control real de las sexo servidoras.

A ello hay que agregar que gran cantidad de antros de este tipo pertenecen a funcionarios de los tres niveles de gobierno, lo que permite que las autoridades competentes guarden sepulcral silencio y los funcionarios cuestionados finjan demencia o simplemente respondan que ellos rentan el lugar a particulares.


Prostitución, nuevo cáncer en la juventud


07 de Octubre del 2008 | 22:26

MÉRIDA, Yuc.- Un censo realizado por el Departamento Mérida Joven indica que la prostitución juvenil va en aumento, las causas son variadas pero el resultado es el mismo: hombres y mujeres están desde temprana edad ofreciendo 'sus servicios', dijo el jefe de esa área municipal, Martín Ricalde Silva.

El problema no se limita a las calles, sino al uso de la tecnología, que manejan para editar y filmar videos sexuales que incluso les sirve de promoción y esto no es una situación que sólo aqueja a este municipio. El censo indica que son más de 200 personas las que obtienen ingresos por ese oficio.

"La prostitución juvenil crece en todo el Estado y no es privativo de la ciudad de Mérida, sólo basta observar los videos sexuales que editan y filman los jóvenes para darnos cuenta de cómo esta creciendo este problema social", indicó.

“Este tipo de problemática social aqueja a los jóvenes tanto hombres como mujeres, sabemos de los videos caseros pornográficos que se realizan en los municipios de Valladolid, Oxkutzcab, Ticul y Mérida”, aseguró.

Al cuestionarlo sobre los motivos que orillan a los jóvenes a prostituirse, el funcionario municipal externó que la mayoría lo hace por necesidad, pero también tienen conocimiento de que existe quien lo hace por placer.

“A través de la prostitución muchos jóvenes pueden adquirir ropa que sus padres no pueden comprarles, o en otro caso pagar una computadora, o en otros para mantener a su familia y costear sus estudios”, destacó.

Fuente : MILENIO NOVEDADES

Crece el comercio del sexo

Nuevos rostros de la prostitución en la capital yucateca


Nadie sospecha el oficio secreto de Nadia tras su amplia sonrisa juvenil, pero cuando sube al autobús de la Ruta Tres de Francisco de Montejo es irremediable que las miradas y la imaginación de la mayoría de los pasajeros se centren en ella.

Con su blusa escotada rosada, pantalones de mezclilla ajustados, discreto maquillaje y grandes aretes, cualquiera pensaría que es una estudiante que acaba de salir del gimnasio.

Pero no... A las 10 de la mañana, Nadia comienza su jornada laboral.

No tiene tatuajes. No mastica chicle. No le gusta la vida nocturna. Cuida su alimentación y su cuerpo. Es parte de una nueva generación de sexoservidoras.

“Cuando llegué a Mérida (nació en el Distrito Federal el 11 de mayo de 1988) hace tres años empecé a trabajar como modelo y luego como encargada de mostrador en varios comercios.

“No faltaban los hombres, casi todos casados, que empezaron con sus insinuaciones. Y un día llegó la persona que me hizo una oferta económica que no pude resistir: gané en dos horas el equivalente a una semana de trabajo”.

—Así empecé mi nuevo oficio. Tengo la fortuna de escoger a mis clientes y prefiero a los profesionistas jóvenes, casados, más o menos guapos —indica.

—Por las tardes trabajo como responsable de mostrador de una cadena de muñecas en tiendas departamentales. Gracias a ese trabajo, nunca falta el pizpireto que empieza a buscar plática y termina como cliente.

En una entrevista, explica que no frecuenta hoteles de paso. Renta por temporadas casas en varios puntos de la ciudad y pide absoluta discreción a sus clientes: “Como ellos son casados, tampoco quieren escándalos”.

Su caso ejemplifica una nueva faceta de la prostitución en Mérida, una actividad que a vista y paciencia de las autoridades ha crecido y se ha diversificado con el crecimiento urbano debido a la demanda del servicio.

Sólo en las generaciones antiguas de meridanos quedan los recuerdos de la zona de tolerancia que el gobierno del Estado cerró el 6 de febrero de 1970 y el estereotipo de las antiguas hetairas deambulando por las calles de la ciudad.

Hoy, el abanico de la prostitución femenina, masculina y homosexual en Mérida es tan amplio que escapa en muchas ocasiones a las redes de proxenetas que, en presunto contubernio con las autoridades policíacas y sanitarias, ejercían control sobre esa ilícita actividad, para obtener ganancias.

Hoy, diseminada sin control, en sus variantes femenina, masculina y homosexual, la prostitución luce variados disfraces: casas de masaje y de modelos, servicios para despedidas de soltería, en bares y cantinas; nudistas, o la oferta directa caminando en avenidas, parques y estaciones de autobuses.

Hace 15 años, el flujo de bailarinas cubanas se convirtió en motivo de escándalo cuando muchos matrimonios locales se perdieron al ritmo de las caderas antillanas.

Hoy, de nuevo surgen voces de alerta por los matrimonios que entran en crisis debido a las jóvenes que, en sus despedidas de soltería, acaban enamoradas de los musculosos “estrípers” que ejercen la prostitución.

Ningún estrato socioeconómico escapa de la atracción por el “sexoservicio” y para cada nivel hay una oferta.

Pese al auge de la prostitución, hasta hoy Yucatán carece de medios legales para tener un control sanitario, aunque en las personas que ejercen esa actividad es menor la incidencia de enfermedades de transmisión sexual y, en especial, del sida.

David Gáber Osorno, responsable del programa estatal del Vih/Sida, explica que, a diferencia de otras entidades, aquí no se utilizan las famosas “cartillas de los sexoservidores”.

—Las prostitutas han sido muy claras: quieren recibir servicios integrales de salud, no que se les considere únicamente un órgano sexual —dice.

Según reportes extraoficiales (en Yucatán no está reconocida la prostitución como un empleo legal), 350 mujeres y 50 varones que ejercen la prostitución acuden con regularidad a practicarse exámenes médicos en el Centro de Salud, pero las autoridades calculan que más del doble de esa cifra acuden a servicios particulares o no van, para no ser identificados.

“Especialidades” Las especialidades de ellas van de masajistas a “teiboleras”, pasando por damas de compañía que ofrecen sus servicios a través de taxistas, o casadas y estudiantes que, sin que se enteren sus familias, salen a caminar en busca de dinero que complemente la economía doméstica.

En los varones los hay quienes ejercen su oficio como “estrípers” y como travestidos. Los de menores recursos económicos salen a buscar clientes en calles y parques.

Hace dos décadas, las autoridades sanitarias y policíacas de esta ciudad identificaron una docena de sitios públicos donde se ejercía la prostitución. De esos doce lugares, en cinco se ejerce la prostitución varonil: la calle 51 con 60; 53 con 62; avenidas Colón y Reforma; calle 69 con 82, y 54 con 55.

Falenas y trasvestidos, por su parte, siguen en el Portal de Granos, el mercado Lucas de Gálvez, la zona del Venadito (la 58, de la 67 a la 73), la terminal del ADO, la avenida Itzaes, los parques de Santa Ana y Santa Lucía y la avenida Canek, en el corredor de los centros nocturnos.

Hace un lustro, el Ayuntamiento meridano sentó las bases para la reubicación de giros negros fuera de la ciudad, lo cual prácticamente dio origen a una moderna zona roja, en Kanasín, pero aún quedan varios lunares en Mérida.— WÍLLIAM JOSÉ CASANOVA VÁZQUEZ

Fuente :

http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=11$1310000000$3867929&f=20080719

VIH/sida y conductas de riesgo en Mérida

Detrás de las níveas fachadas

Yucatán ocupa el tercer lugar nacional en casos de sida. En Mérida, ciudad calurosa donde las divisiones sociales y los prejuicios son una constante, en especial para las poblaciones tradicionalmente estigmatizadas, exploramos la situación del trabajo sexual entre varones.

Por Christian Rea Tizcareño


Durante décadas, Mérida fue considerada la Ciudad Blanca por el color de sus casonas coloniales; sin embargo, se tiñó de rojo cuando se identificaron aquí dos de los primeros casos de VIH/sida en la historia de México en el verano de 1983.

Pero detrás de sus muros se esconde un virus más dañino: la doble moral. No es difícil encontrar que el sacerdote que desde el púlpito condena la homosexualidad la compre clandestinamente en las calles; que el diputado que tiene congelada la ley para prevenir la discriminación sea devoto de uno de los oficios más repudiados en Mérida: la prostitución masculina; o que un padre de familia, de los que suelen enseñar a sus hijos a odiar a los putos, en sus ratos libres pague por tener relaciones sexuales con una persona de su mismo sexo.
El atrio de uno de los muchos templos de Mérida ve pasar a los fieles durante la jornada diurna, y en la noche, cuando la urbe duerme, recibe la visita de otros feligreses, quienes se congregan a recibir el sacramento del placer. Alrededor de las iglesias y en las arterias de la metrópoli, figuras varoniles esperan a parroquianos deseosos de obtener la gloria a través de prácticas homosexuales.

Hijos de la vida nocturna
La labor más antigua de la humanidad nunca descansa en la capital de Yucatán, aunque “los mejores días son los viernes y sábados porque va mucho cliente borrachito y extranjero”, dejando jugosas propinas, dice Cristina, una transgénero que ofrece servicios sexuales en las afueras de la ciudad.
A las siete de la noche llega a su trabajo. Por cada cliente gana cerca de 150 pesos. De repente, una voz hombruna le ofrece, además del hotel, 700 pesos por hacerlo sin condón; pero ella desecha la oportunidad: “prefiero perder dinero a perder mi vida. Hay quien oye la cantidad y dice 'vamos'”.
La Cristina, como le dicen sus cuates, tiene 29 años y hace 16 se inició en el negocio: “En aquella época nada más se sabía de la sífilis y la gonorrea, no se oía del VIH; yo me di cuenta cuando se empezaron a morir mis compañeras”.
No falta quien le lance los adjetivos clásicos del estigma en la región para referirse a los homosexuales: “Puyul, cangrejo, marica, cancalás, puñal o maldito sidoso”.
Pero hoy es un muchachito quien la aborda. No es para molestarla y ella le entra al juego, lo deja tentar para descubrir si La Cristina es hombre o mujer. El puberto de primer año de secundaria, antes de regresar a la casa paterna, aprende a usar el condón para protegerse de una infección de transmisión sexual, lección que no recibió en la escuela o la familia.
Las razzias
Mientras las luces de los automóviles recorren su cuerpo, Cristina piensa en uno de sus principales miedos: la razzia —redada con la que la policía yucateca ha pretendido “limpiar” la ciudad de la prostitución. “Porque tienen uniforme se sienten superiores a ti. A golpes te obligan a que les des de chupos (sexo oral) o te penetran a la fuerza, y luego te piden dinero para dejarte ir; si no lo haces, te vas al bote”.
Al final, los superiores justifican el operativo: “Ah, es puto, bien que le hayas rajado la madre, se lo merece”, como narra Carlos, un ex policía, amigo de Cristina. Mas la aprobación de los altos mandos no evitó que el VIH se introdujera en la sangre de los policías mientras perpetraban las violaciones. Tampoco impidió que el virus se extendiera a las células de sus cónyuges mujeres.
A eso de las diez, La Cristina se despide de la luna para irse a descansar. Se entrega al sueño detrás de los muros “inmaculados” de una localidad turística en donde cuesta trabajo pronunciar la palabra condón porque la discriminación infecta cada día más a la sociedad.

Una realidad alarmante
Yucatán reporta al año alrededor de 230 nuevos casos de VIH/sida. Desde el principio, el grupo de mayor riesgo fue el de hombres que tienen sexo con otros hombres. Poco más de dos décadas han pasado y este sector aún encabeza la estadística de prevalencia de sida con 15 por ciento, muy alta, según dijo el médico David Gáber Osorno, encargado del Programa de VIH/sida en la entidad.
Aproximadamente existen diez organizaciones civiles formalmente constituidas que luchan contra el sida en el estado; no obstante, sólo una se especializa en los derechos de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero y travesti: Buenas Intenciones. Hace tres años obtuvo un financiamiento con Censida de cien mil pesos para hacer una campaña de prevención en los varones homosexuales.
Sin embargo, actualmente no hay recursos económicos para esta causa, pues todas las directrices de prevención gubernamentales están enfocadas en campañas como “ProtéGT, el sida no duerme” y “Hablemos de sexo con nuestros hijos”, destinadas a la población en general, y no a grupos específicos. Entre tanto, hay acciones paralelas de colectivos como la Asociación de Médicos Católicos, quienes han dicho que los homosexuales son un “peligro” para la sociedad y que el preservativo no sirve como medida contra infecciones de transmisión sexual.
Mientras La Cristina duerme, la pesadilla continúa: una neblina de discriminación, estigma, ignorancia, omisión y doble moral impiden ver con claridad las garras del VIH/sida en Mérida. Pero no es un mal sueño, de no frenar los prejuicios —por medio de medidas preventivas, educativas y mediáticas—, la posibilidad de erradicar la epidemia en Yucatán seguirá estando muy lejana.


Fuente:

http://www.jornada.unam.mx/2006/10/05/ls-conductas.html

La Prostitución Globalizada




Después del narcotráfico y el comercio ilegal de armas, la trata de mujeres es el mejor negocio para las mafias internacionales que operan en México: al coludirse con narcotraficantes y autoridades gozan de impunidad y se mezclan en otros delitos igual de lucrativos. Por su parte, las víctimas de la esclavitud sexual padecen tratos violentos que no pocas veces terminan en homicidios.

Rodrigo Vera /Proceso


MÉXICO, D.F., 24 DE MAYO /México es un importante enclave de las más poderosas mafias internacionales dedicadas a la trata de mujeres para su explotación sexual: la rusa, la argentina, la cubano-estadunidense, la Yakuza de Japón… Estas son sólo algunas de las organizaciones delictivas asentadas en el país y que en ocasiones operan en coordinación con los cárteles mexicanos del narcotráfico.

Corre a su cargo la globalización del pujante negocio del sexo. Lo mismo importan en condiciones de esclavitud a mujeres de Europa del Este, el Caribe y Sudamérica, que exportan mexicanas a Estados Unidos y Japón, país donde son consideradas un producto “exótico” de alto valor.

A la zaga de estas mafias, hay en el país una multitud de pequeñas bandas dedicadas a la trata de personas, que después del tráfico de drogas y de armas ya representa el “negocio más lucrativo en México”, según organizaciones de derechos humanos.

El embajador de Hungría, György Herczeg, se muestra alarmado porque a sus oficinas llegan jóvenes de su país que piden auxilio para librarse de los tratantes y lenones que las explotan en México.

“Las redes de tráfico de personas llegan a Hungría para ofrecer a nuestras jóvenes empleo en México. Les presentan contratos de trabajo muy tentadores, garantizándoles buen salario, vivienda, seguro y visa de trabajo. En letras pequeñas se les especifica que trabajarán en bares, sólo en contadas ocasiones les indican que realmente irán a parar a un table dance”, dijo Herczeg a mediados del año pasado a la prensa de Cancún, en el marco de un festejo sobre su país.

Y agregó que, al llegar aquí, a las jóvenes húngaras se les quitan el pasaporte y el boleto de avión, y se les deja sin dinero. Son obligadas a prostituirse por hambre.

Según esos reportes de prensa, otras embajadas enfrentan problemas similares, como la de Rusia y la República Checa. Pero el hecho más dramático lo padece la sede diplomática de Argentina con el “caso Vanesa”.


Viaje sin retorno


Vanesa Martínez es una bailarina argentina de 27 años de edad que trabajaba en el Royal Club, un exclusivo centro nocturno de la Zona Rosa, en la Ciudad de México. Desde julio del año pasado no se conoce su paradero.

Cuentan sus familiares que en sus últimos contactos telefónicos con ella, Vanesa les decía que vivía aislada y sufría mucho, que intentaba volver a Argentina pero se lo impedían. ¿Quién la retenía en México y por qué? Nunca se supo. Vanesa desapareció repentinamente.

Mariana Rendón, integrante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que brinda apoyo a este tipo de víctimas, señala:

“A Vanesa seguramente la tenía enganchada una red muy escondida, como hay muchas operando en el país, hasta en casas particulares como cualquiera, sin que los vecinos reparen que ahí viven mujeres esclavizadas”.

–¿Sería una amplia mafia internacional?

–No lo sabemos, porque existen dos categorías en estos grupos: las grandes organizaciones internacionales bien estructuradas, a las que usted se refiere, y por otra parte las pequeñas bandas delictivas, que abundan muchísimo.

“En el proceso de trata internacional bastan sólo tres personas para integrar una banda: la persona que engancha a la víctima en su país de origen, la que hace el traslado y, finalmente, quien se encarga de su explotación en el extranjero. Enganche, traslado y explotación son las tres fases del proceso.

“Por eso debemos quitarnos la idea de que el tratante es el típico mafioso mal encarado, con pistola, traje fino y lentes oscuros. No. Puede ser la gente de aspecto más común, incluso hasta los mismos familiares de la víctima”.

Mariana Rendón habla con conocimiento de causa, ya que es la coordinadora del Programa de Asistencia Directa a Víctimas de Trata en México, de la OIM, organización creada en 1951 y con sede en Ginebra, Suiza. Aquí empezó a operar en 2005.

Agrega: “El enganche se da comúnmente a través de falsas ofertas de trabajo. El tipo que llega y te dice: ‘Te tengo un trabajo muy bien remunerado en el extranjero, no pagarás ni transporte ni hospedaje’. Se da también el enganche por enamoramiento del chico que te seduce y promete cambiar tu vida. Hasta llegar al extremo del rapto y del secuestro”.

–¿Qué tipo de mujeres son las víctimas más comunes?

–Las de bajos recursos económicos que aspiran a un mejor nivel de vida. Las madres solteras son presa fácil por la necesidad de sacar a sus hijos adelante. Muchas menores de edad son también enganchadas.

“Lograr detectarlas es la labor más difícil para nosotros, puesto que viven escondidas y bajo amenazas permanentes. Muy pocas se atreven a denunciar, por eso no se sabe cuántas víctimas hay en México. Seguramente son muchísimas. Después del narcotráfico y del tráfico de armas, la trata de personas es aquí el negocio más lucrativo.

“En los tres años que llevamos trabajando en México, sólo hemos atendido a 70 víctimas de explotación sexual y laboral. Les proporcionamos albergue, asistencia médica y psicológica. Y en colaboración con las embajadas, gestionamos la reunificación con sus respectivas familias”.

Rendón aclara que la trata internacional más común en México no es la de las gráciles rubias importadas de los países de la antigua Europa del Este –destinadas a un sector de alto poder adquisitivo y a los centros nocturnos más exclusivos–, sino la de las jovencitas traídas de Centro y Sudamérica.

La Mafia Rusa, en conexión con la ucraniana, se dedica a traer a México a muchas mujeres de Europa del Este, según reportes de la Interpol y de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Mientras que la mafia argentina y la cubano-estadunidense trafican principalmente con caribeñas, centroamericanas y sudamericanas.

De acuerdo con un reporte de la Interpol que pertenece a su proyecto Regional Organized Counter-Crime Information Sharing System (ROCCISS), México se ha convertido en el paraíso de negocios de por lo menos 18 organizaciones del crimen trasnacional, que lo mismo se dedican a la trata de blancas y al tráfico de droga y armas que al lavado de dinero y el robo de autos o de precursores químicos.

El informe agrega que estas organizaciones aprovechan la globalización de los mercados para expandirse en México, donde establecen sus reglas y se distribuyen tareas y territorios. Una de sus características peligrosas es su capacidad para pasar inadvertidas.

Integrada por exmiembros importantes del Ejército Rojo y de la KGB que perdieron sus puestos al fin de la Guerra Fría, la Mafia Rusa opera principalmente en la Ciudad de México, Baja California y Cancún, según Interpol, la DEA y la Policía Federal Preventiva (PFP).

En junio de 2003, José Luis Santiago Vasconcelos, entonces titular de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), informó: “Son gente bien entrenada, con gran peligrosidad, se presume que pertenecieron a la KGB… Lo que tenemos documentado es la forma de actuar de esta gente, que es principalmente tráfico de armas, prostitución y tráfico de drogas”.

Dos importantes grupos de la Mafia Rusa, la Solntsevskaya y la Izamailovskaya, proveen de mujeres europeas a bares de table dance de la Ciudad de México, indican los reportes policiacos.


Magnates del sexo

Jaime Montejo, vocero de Brigada Callejera, una organización civil que brinda apoyo personal a sexoservidoras que trabajan en distintos puntos del país, describe las condiciones de esclavitud y terror que la Mafia Rusa impone a sus víctimas:

“Los grupos de mujeres de Europa del Este llegan a México bien enganchados, con guardias que los vigilan en todo momento. Los tratantes observan cómo se relacionan las mujeres entre sí. Escogen a la de carácter más fuerte para que dirija al grupo, siempre y cuando sea fiel a ellos.

“Aun así, en ocasiones las jóvenes se rebelan. Es entonces cuando la Mafia Rusa suele recurrir al asesinato; mata a una de ellas como escarmiento para que las demás se disciplinen. Medida de control mucho más eficaz que la simple amenaza de agredir a algún familiar de las jóvenes. En realidad este método no tiene nada de novedoso; ya lo practicaban Las Poquianchis en Guanajuato”.

En Cancún, según la prensa local, la Mafia Rusa ha adquirido tal poder que acaba de organizar ahí, el pasado 8 de marzo, una pelea de boxeo por el campeonato mundial de peso completo. El ruso Oleg Maskaev y el nigeriano Samuel Peter disputaron el título. Por cierto, una de las promotoras de la pelea fue Ana Cristina Fox, hija del expresidente Vicente Fox.

Se intentaba mostrar a Oleg como símbolo del poderío de la Mafia Rusa sobre las otras organizaciones criminales que operan en el Caribe mexicano. Pero el ruso perdió. La prensa interpretó así el hecho: “Se quedan mafias rusa y ucraniana sin campeón”…

Jaime Montejo señala que es precisamente Cancún el sitio predilecto de los tratantes internacionales que operan en México. “Ahí prácticamente convergen todas las mafias, por lo que se puede ver a la morena traída de La Habana, a la brasileña de Río de Janeiro, o a la checa ojiazul... Es la ley de la oferta y la demanda, el libre tránsito de mercancías en un mundo globalizado”.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos en Quintana Roo, Gaspar Armando García, ha señalado que es la mafia cubano-estadunidense la que trae a las jovencitas cubanas para prostituirlas en Cancún.

La italiana y la argentina son otras mafias que la policía detectó lucrando con la prostitución en México. Mariana Rendón recuerda, por ejemplo, el caso de la banda argentina Divas, que hace algunos años fue descubierta en el tráfico con jovencitas extranjeras.

Jaime Montejo señala: “Las extranjeras más afortunadas son transportadas en avión y hospedadas en cómodas suites, para después introducirlas en la prostitución de alto nivel. Puede ser en night clubs, estéticas, agencias de edecanes u hoteles de superlujo donde a los huéspedes, sutilmente, se las ofrecen como ‘acompañantes’ para que les lleven sus portafolios a las reuniones de negocios.

“Aún a ese nivel existen tres categorías: platino, oro y diamante. Las de ésta última categoría –según testimonios que nos dan las propias trabajadoras sexuales– llegan a cobrar hasta 20 mil pesos por un polvo, como las bellas jóvenes que la empresa Televisa oferta muy encubiertamente en traje de baño, en su programa sabatino de televisión Muévete, conducido por Maribel Guardia y Latin Lover”.

–¿Qué empresarios mexicanos lucran con estas jóvenes extranjeras?

–Bueno, entre los dueños de centros nocturnos destacan Pancho Soto y su familia, que manejan actualmente el Men’s Club y el Royal Club, donde trabajaba Vanesa; o Alejandro Iglesias Rebollo, quien era dueño del extinto Lobohombo y ahora maneja otros centros nocturnos; está también Antonio Gless y Juan Manuel Muracami Ortiz Suzumo.

Son lenones que operan a nivel nacional. A los tres últimos se les ligó con el cártel de Juárez en un informe elaborado por Mariano Herrán Salvatti cuando fungía como jefe antidrogas de la PGR.

“Estos empresarios viajan constantemente al extranjero buscando innovaciones para sus negocios. Por ejemplo, el table dance –de raíz oriental– lo introdujo Pancho Soto a México. Y Ortiz Suzumo fue el primero en utilizar los catálogos con fotografías de las muchachas”.

Menciona Montejo a las mujeres centroamericanas que, en condiciones muy precarias, son transportadas por tierra al país. Trata manejada principalmente por pequeñas mafias mexicanas, asentadas sobre todo en el estado de Tlaxcala.

“Esta trata se efectúa por cuatro rutas que las autoridades tienen bien definidas: la ruta del Pacífico, dos rutas centrales y, por último, la del Golfo”, explica Montejo.

–¿Por qué los tratantes se asientan principalmente en Tlaxcala?

–Por una vieja tradición que data de tiempos prehispánicos. Eran los tlaxcaltecas quienes surtían de mujeres al imperio azteca. Todavía, la mayoría de los padrotes que hay en el país provienen de Tlaxcala. Se les educa desde niños en esa lucrativa actividad. ¡Imagínese!, un padrote en La Merced le exige, a cada mujer que controla, una cuota que va de 3 a 4 mil pesos diarios. ¡Y sin hacer nada!


Autoridades implicadas

Cuenta Montejo que La Merced es el punto donde se da la trata más multitudinaria del país. Hondureñas, chiapanecas, salvadoreñas, oaxaqueñas, guatemaltecas… todas desfilan –en subastas clandestinas– frente al ojo escrutador de los marchantes.

Relata una anécdota: “En 1998 supimos que llegaría un cargamento con setenta menores de edad al Hotel Liverpool, en La Merced. Un grupo compuesto por asambleístas y miembros de Brigada Callejera alertó personalmente al entonces procurador del Distrito Federal, Samuel del Villar. Éste les dijo: ‘Yo prefiero quedarme aquí quietecito, porque además esta procuraduría es una cloaca donde no se puede confiar en nadie. Les aconsejo que no se metan, si es que no quieren aparecer muertos en una esquina’. La procuraduría finalmente mandó un operativo al hotel y pescó a los tratantes, pero luego los dejó libres”.

–¿Es un negocio en el que participan también las autoridades?

–¡Claro! Varios hoteleros de la Ciudad de México que tienen sexoservidoras pagan al gobierno capitalino, o a la delegación respectiva, una cuota mensual de hasta 150 mil pesos para poder seguir trabajando. Es una extorsión que, por supuesto, no queda registrada en caja. Hay y hubo gobernadores, como Jorge Carrillo Olea, en Morelos, que protegen a los lenones.

“Otro ejemplo son los gobiernos estatales de Querétaro, que desde hace años regentean el burdel La Yegua, situado en la ciudad de Querétaro, donde, a su vez, cada alcalde se traspasa uno a otro el burdel El Farallón, que deja buenos dividendos al municipio. No importa si son gobernadores y alcaldes del PRI o del PAN.

“Alrededor de las zonas militares hay burdeles para uso exclusivo del Ejército. El Campo Militar Número Uno está rodeado de ellos… Y así podríamos seguir enumerando más y más y más casos de prostitución institucionalizada. Respecto a la trata de extranjeras, no hay que rascarle mucho para comprobar que las autoridades migratorias también están metidas en el negocio”.

–¿Y qué hay respecto al tráfico de mexicanas enviadas al extranjero?

–La mayoría van a Estados Unidos. Aunque muchas otras son captadas por la mafia Yakuza para enviarlas a Japón, donde la mujer mexicana es un producto exótico de alto valor. A la Yakuza se le empezó a detectar en Guadalajara, hará unos 17 años, debido a que varias tapatías eran enviadas a Japón. Una de ellas fue rescatada viva.

Según cálculos de la Asociación de Mujeres Hispanas –con sede en la ciudad estadunidense de Miami–, cerca de 3 mil mujeres mexicanas actualmente son prostituidas en Japón por la Yakuza, una vieja organización criminal cuyos miembros suelen estamparse el cuerpo con tatuajes para revelar sus jerarquías (figuras de tigres, dragones y serpientes cubren sus brazos y espaldas). La Yakuza fue creada por samuráis que se quedaron desempleados, un origen similar al de la Mafia Rusa.

El problema empieza a enfrentarse con medidas legislativas. A fines del año pasado se aprobó en el Congreso de la Unión la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, mientras que en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) el diputado Tomás Pliego Calvo está impulsando una ley semejante para el Distrito Federal.

Además, en la PGR se creó la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), a cargo de Guadalupe Morfín, quien se negó a hablar con Proceso sobre este gravísimo problema que le toca combatir. El diputado Pliego Calvo –que el año pasado logró que se tipificara el delito de “trata” en el Código Penal capitalino– considera que será muy difícil enfrentar a toda la intrincada red de mafias, lenones, hoteleros y autoridades de gobierno involucradas. “Podría ser un sueño guajiro de nuestra parte, pero necesitamos ver avances en materia de procuración de justicia”, dice Pliego.

Fuente: La verdad del sureste/Reforma